Nuestra huerta se creó con la idea de obtener productos ecológicos destinados a la venta. Con el paso del tiempo se fue transformando más que en una explotación agrícola, en un huerto lúdico enfocado principalmente al disfrute sensorial del visitante.
En estos momentos la huerta es el lugar de abastecimiento de hortalizas de temporada, tanto para el autoconsumo familiar como para los alojados en la casa.
Está distribuido en bancales con anchos pasillos para facilitar el acceso a los expertos y también a los profanos. Gracias a esta distribución el huerto va cogiendo poco a poco conciencia de la transformación de “huerto” a “huerto – jardín”.
Un huerto con árboles, plantas aromáticas, flores, animales. Una zona encharcada en la finca facilita la vida de los anfibios. Las rocallas y muros de piedra la de los reptiles. Los setos con vegetación autóctona para disfrute de pájaros. Un rincón solitario con troncos cobijo para los erizos. Una zona de compostaje para el regocijo de esa infinidad de pequeños animales capaces de transformar lo marchito en provisiones para las plantas.